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A modo de introducción les adelanto que este escrito, para comenzar con su problemática, propone un nuevo concepto que intenta reflejar una condición de conflictos sociales trans-fronterizos, que se producirían con el ingreso de inmigrantes legales o ilegales. Y la reacción que estos pueden provocar en las comunidades de los países receptores.
Además veremos una pincelada de algunos tipos de políticas de inmigración en distintos países para situarnos más menos en los contextos de cómo y porqué se generan los flujos migratorios masivos.
Y, en tercer lugar, trataremos de dilucidar cómo, una minoría muy numerosa, puede desencadenar un gran impacto en la sociedad que recibe en tres aspectos tan relevantes como son: la seguridad ciudadana, la identidad cultural y la competencia por los recursos. Teniendo mayormente como referencia, un estudio de una propuesta a un modelo[1] que se ha creado, para entender el impacto social que producen los inmigrantes en algunos países de Europa tomando como ejemplo a España, pero, entendiéndolo aquí como un modelo que puede servir para entender el impacto socio-cultural que producen los inmigrantes en cualquier nación, independiente de la distinta jerarquía e importancia que se le de a cada una de las tres dimensiones que trataremos.
Definición del nuevo concepto:
Frontera Inmuno - Idiosincrasia - Externa
Este nuevo concepto se aplica metafóricamente. Analogando la definición perteneciente a la biología y medicina, pero entregánndole ahora una acepción de conflicto social en donde al igual que como funciona el sistema inmulógico en los cuerpos, vemos a la frontera inmuno-idiosincrasia-externa como:
El estado de resistencia o reacción, natural o adquirida, que poseen ciertos individuos o comunidades frente a determinadas acciones, actitudes, costumbres, comportamientos, ideologías, razas, religiones, etc., extrañas a las correspondientes a la idiosincrasia en la cual éstas intentan inmiscuirse temporal o indefinidamente.
De tal forma que las personas reaccionamos de manera racista o clasista y discriminadores o rehaceos, frente a ciertos hechos o individuos distintos, que no son similares a nuestra raza, situación socio-económica, concepción de la vida, ideales, religión. Haciendo alusión a cierta superioridad o inferioridad que nos otorga el nido al cual pertenecemos, la educación que hemos adquirido o nuestras creencias (por ejemplo), en comparación a la cual se encuentra “compitiendo” imaginaria o concretamente.
Entonces, al recibir influencias o atisbos de aparición de culturas ajenas inmiscuyéndose en nuestro territorio, en la sociedad o en nuestro metro cuadrado, clasificamos a éstas separándolas de acuerdo a si provienen por ejemplo de países desarrollados o subdesarrollados, americanos o europeos, católicos o protestante…etc [2].
Es así como al igual que el sistema inmunológico, los individuos o la sociedad en su conjunto acepta o rechaza los agentes externos que están apareciendo de las otras culturas.
Y si son aceptadas las adopta como parte de su idiosincrasia o, en su defecto, las crucifica y las rechaza por completo. No obstante también está el punto intermedio que se observa mucho en las sociedades actuales, como en el caso de los lugares que poseen mucha población inmigrante, en donde muchas de las costumbres ajenas no son ni aceptadas ni adoptadas, sin embargo, los individuos aceptan que esta gente prosiga con la identidad originaria pero se genera una barrera natural que disimuladamente pide a gritos el retiro de la cultura que no les agrada y que aunque ellos sabiéndolo, siguen haciendo usufructos de los recursos y beneficios que los autóctonos reclaman como suyos.
Entendiendo el porqué de los flujos migratorios
Desde siempre, a lo largo de la historia hemos visto que se producen traslados masivos1 o desplazamiento de grupos humanos que emigran a otros lugares por motivos muy variados;
Búsqueda del alimento, poblamiento de nuevas tierras, traslados forzados de esclavos, éxodo de minorías étnicas o religiosas acosadas por la violencia, horror de las guerras, causas políticas, ect.
No obstante se dice que a partir de la II Guerra Mundial la inmigración más característica es de tipo económico. Así, los países receptores de inmigrantes, serían países con desarrollo industrial y recesión demográfica y los países que aportan la mayor parte de inmigrantes son subdesarrollados y con una baja calidad de vida.
Entonces vemos que, en efecto, en las investigaciones realizadas actualmente la mayoría de los movimientos migratorios se producen por motivos económicos y políticos (quiebre en la democracia o violencia política por ejemplo) en donde el inmigrante genera un desprendimiento del país originario en busca de una mejor calidad de vida: “Algunos son refugiados políticos; muchos otros llegan al país en busca de oportunidades económicas.” [3]
Distintas Políticas de Inmigración para distintos períodos históricos…
Las políticas internacionales y de inmigración en todas las naciones, te variaciones de acuerdo al contexto histórico y político en donde fueron creadas.
Caso chileno:
En los últimos 160 años de nuestra historia como país, nos hemos visto en tres grandes flujos migratorios en Chile. La primera corriente se inició con la ley de migraciones que se dictó en 1850 y continuó (hasta la tercera década del siglo XX) con la llegada de refugiados republicanos españoles. El propósito de esa ley fue traer población de origen europeo (españoles, italianos, suizos y yugoslavos) y asiático (chinos). La segunda corriente migratoria se inició después del golpe de Estado de 1973 y significó el exilio de millones de chilenos, producto de la persecución política implantada por el régimen pinochetista. La tercera se da con la vuelta a la democracia en Chile y el desarrollo económico que experimentó en la década de los noventa. Su principal característica fue que la mayoría de los inmigrantes provienen de los países del área sudamericana. El crecimiento económico y la estabilidad política y social fueron factores importantes para atraer a esa migración (Stefoni, 2001:7).
La política migratoria de esa dictadura militar en Chile (1973 – 1990), estuvo enmarcada, en este sentido, por la lógica de la “Política de Seguridad Nacional”: las fronteras se militarizaron y las relaciones políticas con los vecinos se endurecieron [4] . Luego con la apertura a la democracia se fueron abriendo las puertas a los inmigrantes de origen andino desde los inicios de la década de los noventa.
La aparición masivas de estos nuevos integrantes extranjeros han dado lugar a la construcción de una ciudad distinta, multicultural, en la que los inmigrantes peruanos han aparecido entre los actores que han contribuido a la transformación cultural de la capital chilena mediante la conformación de algunos vecindarios de inmigrantes en la zona centro (Estación Central, Independencia, Barrio Yungay), de los que destaca un lugar conocido por la prensa chilena y los vecinos como la “Lima Chica”.[5]
Si bien se dio la apertura a extranjeros, vemos a nivel mundial que aunque los gobiernos permitan esta entrada, en muy pocas veces a estos nuevos integrantes se les trata del mismo modo que a la población autóctona. Es asi como se generan protestan que reclaman igualdad y regularizar las cuestiones legales para estar tranquilos en el pais receptor. José Luque (2004) nos cuenta que “un nutrido grupo de inmigrantes de origen andino (peruanos, bolivianos, ecuatorianos y colombianos) marcharon por el centro de Santiago de Chile en protesta por las difíciles condiciones de trabajo de las mujeres inmigrantes que se emplean en la capital chilena como “trabajadoras del hogar”.
Ahora bien, para algunos autores (Turner, 1993; Jelin, 1987; Luque, 2002), la ciudadanía que se forma en los lugares de choques culturales, ahora es entendida no sólo como un proceso social e institucional, sino también como un espacio en constante redefinición y disputa que se muestra de manera bidireccional: del Estado hacia la sociedad y de la sociedad al Estado. Esto permite ubicar a los ahora excluidos de la sociedad autóctona en potenciales constructores de la misma. Visto de esta manera, el inmigrante tiene la posibilidad ahora de transformar su entorno político y va a constituirse paulatinamente en “sujeto de derecho” o en “sujeto en busca de derechos y compromisos cívicos”.
No obstante lo anterior genera una disyuntiva en los inmigrantes ya que el hecho de legalizarse y ser partes del país receptor conlleva en sí, no solo derechos si no también deberes que cumplir.
La lógica de políticas que deberían aplicarse en los países receptores para evitar conflictos, debieran ser en busca de la reciprocidad multicultural de manera que los extranjeros aporten al país lo que le falta en algún aspecto y estos reciban la mejora en calidad de vida que tanto añoran; con los derechos y deberes civiles correspondientes a ese país. Para esto, habría que estudiar la “situación nacional de empleo” y abrir las fronteras hacia aquellos inmigrantes que deseen insertarse en los sectores en donde hay carencia de mano de obra autóctona. Y en base a esto dar permisos de distinta duración y extensión, “según al grado de inserción y arraigo acreditados” [6]
Dimensiones que generan impacto por parte de los inmigrantes en la sociedad receptora
Las 3 dimensiones que se explican a continuación, van a tener fluctuaciones en cuanto a su grado de importancia o de impacto en la sociedad receptora, dependiendo del país al cual se le aplique el modelo de Carlota Solé y su equipo (Cita Nº 1)
A) Seguridad ciudadana
El miedo a la inseguridad se produce en la opinión pública debido a que la sociedad autóctona asocia estrechamente la situación de ilegalidad de los inmigrantes a acciones ilegales como desviación, criminalidad, etc. de modo que aumento de inmigrantes lo relacionan con un incremento en la inseguridad ciudadana.
La sociedad receptora cuando percibe estos agentes externos, se produce en la comunidad un sentimiento de “alarma” que existe ante la población inmigrante, que en la mayoría de los casos no se fundamenta tanto en su volumen real, si no, en la imagen que transmiten los medios de comunicación y las medidas policiales
En la mayoría de los casos, estos inmigrantes irregulares en su mayoría no pueden optar a mas que a la economía sumergida, con salarios precarios que los concentra en barrios marginales ( “ghettización”) que son el cultivo de la delincuencia, y ello incrementa todavía más el rechazo entre la población autóctona hacia los inmigrantes.
B) Identidad cultural
Actualmente la sociedad globalizada en la que estamos insertos nos mantiene dentro de una matriz funcional en donde el transporte, las telecomunicaciones, el conocimiento infinito al alcance de todo aquel que lo desee sumada a los tiempos vistuales en que se puede funcionar, tienen a todo el sistema planetario funcionando de manera muy dinámica y acelerada, tanto así, que Milton Santos[7] nos menciona que “Vivimos en un tiempo de cambios (…) el movimiento se superpone al reposo (…) Todo vuela. De ahí la idea de desterritorialización es, a menudo, otra palabra para significar extrañeza, que es también desculturización.”
Entonces nos encontramos con la primicia de que en el contexto en que se desenvuelven las naciones hoy en día, resulta casi inevitable la producción del choque de aspectos transculturales que se dan al obtener conocimiento de estas distintas culturas o al tener contacto directo con ellas (migraciones). Estas disparidades intrínsecas que poseen las distintas partes, pueden ser asimiladas por el receptor de distintas formas. Pueden crear rechazo socio sociocultural y marginación [8] o, en su defecto, se mimetizan con la cultura autóctona y se va generando otra idiosincrasia en el lugar de contacto multicultural.
El hecho de que una minoría numerosa de extranjeros se encuentre inserta en una sociedad receptora, acelera y acrecienta los conflictos socioculturales que entre ellas se puedan generar.
Las actitudes mas xenófobas se aprecian en los segmentos más conservadores y de más edad, así como los de más bajo estatus socioeconómico, que son justamente los sectores que más ven a los inmigrantes como competidores en el mundo laboral y tienen mayores posibilidades de tenerlos como vecinos. [9]
El rechazo a los inmigrantes se basa en la lógica de la exclusión como sinónimo de marginación social y segregación social y las condiciones materiales en las que son condenados a vivir en los países receptores en donde aún los mantienen como ilegales; son un aspecto clave para explicar el impacto de la inm
igración en la sociedad receptora. Ya que hecho de ocupar puestos de trabajo precarios y especialmente devaluados, los lleva a residir en barrios marginales, bajo condiciones de vivienda a menudo insalubres, y esto provoca rechazo entre la población y se empieza a percibir a los inmigrantes como un colectivo de personas que representan una carga social, una competencia laboral y demográfica, y un peligro de disolución de las normas y una agresión a las costumbres autóctonas. Esto, sumado con la sobredimencionalización perceptiva que tienen del volumen de inmigrantes insertos en su cultura, traspasa muchas veces el nivel de tolerancia de la sociedad receptora...
C) Competencia por los recursos
El Aspecto más conflictivo en esta dimensión, se refleja mayormente en la competencia laboral que afecta principalmente al estrato socioeconómico con el que más choca la comunidad de inmigrantes que se asocia en su mayoría al nivel más bajo. Debido a que la economía informal en la que por ilegalidad están insertos los inmigrantes, estos se ven en la situación de trabajar sin contratos, más horas y por un menor precio, lo que le conviene a quien les contrata en desmedro del autóctono que hubiese hecho ese trabajo por un mayor salario y menos horas de trabajo, pero que ahora ha perdido esa opción y puede estar cesante.
Con tantas barreras implícitas en las políticas de inmigración[10], La situación de los inmigrantes irregulares, los condena seguir en una economía sumergida y a estar relegados a empleos atípicos y / o precarios, de desprestigio social y esto genera un círculo vicioso ya que va degradando más aun la percepción social que posee la comunidad receptora hacia la inmigración.
Y estas nuevas minorías en busca de mejores oportunidades en el país receptor, raramente consiguen una inserción estable en el mercado de trabajo característico de los autóctonos (por permisos de trabajo, regularización o renovación de la situación legal)
Continua disyuntiva... ¿Legales o ilegales?
Los países receptores siempre se encuentran en la dicotomía de cómo reaccionar frente a estos nuevos individuos insertos en su sociedad, están siempre ambas opciones; regularizar al inmigrante y que obtenga todos los beneficios y que ejerza sus deberes como un ciudadano cualquiera o que se mantenga ilegal para así convenir a la economía informal que favorece a quienes pagan un menor salario por mas horas de trabajo a estos inmigrantes irregulares. [11]
Reflexiones finales…
Las actitudes mas xenófobas se aprecian en los segmentos más conservadores y de más edad, así como los de más bajo estatus socioeconómico, que son justamente los sectores que más ven a los inmigrantes como competidores en el mundo laboral y tienen mayores posibilidades de tenerlos como vecinos. [9]
El rechazo a los inmigrantes se basa en la lógica de la exclusión como sinónimo de marginación social y segregación social y las condiciones materiales en las que son condenados a vivir en los países receptores en donde aún los mantienen como ilegales; son un aspecto clave para explicar el impacto de la inm

C) Competencia por los recursos
El Aspecto más conflictivo en esta dimensión, se refleja mayormente en la competencia laboral que afecta principalmente al estrato socioeconómico con el que más choca la comunidad de inmigrantes que se asocia en su mayoría al nivel más bajo. Debido a que la economía informal en la que por ilegalidad están insertos los inmigrantes, estos se ven en la situación de trabajar sin contratos, más horas y por un menor precio, lo que le conviene a quien les contrata en desmedro del autóctono que hubiese hecho ese trabajo por un mayor salario y menos horas de trabajo, pero que ahora ha perdido esa opción y puede estar cesante.
Con tantas barreras implícitas en las políticas de inmigración[10], La situación de los inmigrantes irregulares, los condena seguir en una economía sumergida y a estar relegados a empleos atípicos y / o precarios, de desprestigio social y esto genera un círculo vicioso ya que va degradando más aun la percepción social que posee la comunidad receptora hacia la inmigración.
Y estas nuevas minorías en busca de mejores oportunidades en el país receptor, raramente consiguen una inserción estable en el mercado de trabajo característico de los autóctonos (por permisos de trabajo, regularización o renovación de la situación legal)
Continua disyuntiva... ¿Legales o ilegales?
Los países receptores siempre se encuentran en la dicotomía de cómo reaccionar frente a estos nuevos individuos insertos en su sociedad, están siempre ambas opciones; regularizar al inmigrante y que obtenga todos los beneficios y que ejerza sus deberes como un ciudadano cualquiera o que se mantenga ilegal para así convenir a la economía informal que favorece a quienes pagan un menor salario por mas horas de trabajo a estos inmigrantes irregulares. [11]
Reflexiones finales…
Antaño La figura del inmigrante no había sido socialmente construida y, si bien existía la figura del extranjero, ésta tenía una connotación profundamente posiitiva y solo hacía referencia a la población de origen comunitario o procedente de los países ricos… hoy en día se entiende a los inmigrantes como individuos de países en peores condiciones (subdesarrollados) que buscan condiciones laborales y mejorar su calidad de vida en el país receptor.
Vemos que el individuo que se aleja de su país en busca de una mejor calidad de vida, deja atrás todos sus recuerdos y memorias que formaron su identidad para insertarse en un sitio en donde muchas veces, parte completamente de cero. Para lograr una inserción óptima en la nueva cultura, el inmigrante, debe prácticamente renunciar a la cultura propia (idioma, costumbres, religión…) y adoptar las de la cultura oficial de la sociedad que los acoge, para que ambos polos se unifiquen y la sociedad receptora pierda el miedo de que se produzcan desequilibrios con esta minoría numerosa en su idiosincrasia ya que, históricamente, a través de generaciones, los autóctonos han desarrollado sus actividades productivas, asociativas y culturales. De manera que los habitantes conciben sus barrios como homogéneos y temen a la heterogeneidad cultural que conlleva a la presencia de inmigrantes.
El intento de adaptación que hace inmigrante no siempre resulta del todo; bien lo dice Milton Santos[12]: “El hombre busca reaprender aquello que nunca le fue enseñado y, poco a poco, va sustituyendo su ignorancia del entorno por un conocimiento, aunque fragmentario”, de manera que aunque quieran, siempre va a quedar un vacío tanto por los recuerdos que dejan atrás como por los que no tienen en la nueva cultura.
El hecho de tener a tanta población extryanjera de manera ilegal en un país genra un incremento de pobres en la sociedad, ya que al no estar regularizados estos deben pertenecer a la economía informal en donde los salarios son bastante precarios. Este sueldo les permite optar solo a barrios marginales en donde se produce el fenómeno de “gettización” en sectores de las ciudades. Este círculo vicioso del cual no pueden escapar los inmigrantes genera un rechazo aun mayor por parte de la comunidad receptora que magnifica y atribuye a estas minorías el incremento en la inseguridad ciudadana, la competencia laboral y la pérdida de identidad.
---------------------------------------------------- Citas -------------------------------------------------
Vemos que el individuo que se aleja de su país en busca de una mejor calidad de vida, deja atrás todos sus recuerdos y memorias que formaron su identidad para insertarse en un sitio en donde muchas veces, parte completamente de cero. Para lograr una inserción óptima en la nueva cultura, el inmigrante, debe prácticamente renunciar a la cultura propia (idioma, costumbres, religión…) y adoptar las de la cultura oficial de la sociedad que los acoge, para que ambos polos se unifiquen y la sociedad receptora pierda el miedo de que se produzcan desequilibrios con esta minoría numerosa en su idiosincrasia ya que, históricamente, a través de generaciones, los autóctonos han desarrollado sus actividades productivas, asociativas y culturales. De manera que los habitantes conciben sus barrios como homogéneos y temen a la heterogeneidad cultural que conlleva a la presencia de inmigrantes.
El intento de adaptación que hace inmigrante no siempre resulta del todo; bien lo dice Milton Santos[12]: “El hombre busca reaprender aquello que nunca le fue enseñado y, poco a poco, va sustituyendo su ignorancia del entorno por un conocimiento, aunque fragmentario”, de manera que aunque quieran, siempre va a quedar un vacío tanto por los recuerdos que dejan atrás como por los que no tienen en la nueva cultura.
El hecho de tener a tanta población extryanjera de manera ilegal en un país genra un incremento de pobres en la sociedad, ya que al no estar regularizados estos deben pertenecer a la economía informal en donde los salarios son bastante precarios. Este sueldo les permite optar solo a barrios marginales en donde se produce el fenómeno de “gettización” en sectores de las ciudades. Este círculo vicioso del cual no pueden escapar los inmigrantes genera un rechazo aun mayor por parte de la comunidad receptora que magnifica y atribuye a estas minorías el incremento en la inseguridad ciudadana, la competencia laboral y la pérdida de identidad.
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[1] Este modelo se encuentra en un artículo denominado “El impacto de la inmigración en la sociedad receptora” hecho por los autores Carlota Solé, Amado Alarcón, Valeria Bergalli, Francesc Gibert, Sònia Parella. En él, muestran los resultados de una investigación realizada en 4 países del sur de Europa (España, Grecia, Italia y Portugal), en ella, buscan las variables principales que acrecientan los conflictos socio – culturales en la sociedad receptora de inmigraciones masivas, en cuanto a las condiciones materiales e institucionales en las que viven los inmigrantes en los distintos países y cómo los medios de comunicación influyen en la opinión pública que adquiere la sociedad autóctona, bajo tres dimensiones: seguridad ciudadana, identidad cultural y competencia por los recursos.
[2] A modo de ejemplo de esta “clasificación” que conlleva a simpatía o rechazo por parte de la sociedad autóctona frente a los distintas nacionalidades de los inmigrantes, vemos en el texto de “Impacto de la inmigración en la sociedad receptora”, 149. que dice que en el caso de España: “cuanto más el grupo se aproxime a la “raza blanca”, a la “cultura occidental” y a la “religión cristiana, la tolerancia aumenta. Los más rechazados son los árabes y musulmanes (…)”
[3] Mendoza, M., D. H. Ciscel y B. E. Smith. 2000. ”El Impacto de los Inmigrantes Latinos en la Economía de Memphis, Tennessee” Revista de Estudios Migratorios Latinoamericanos 46:659-675.
[4] En este contexto se promulgó el Decreto Ley 1094, del 19 de julio de 1975, y el Decreto Ley 597, en los que se reglamentaron las normas sobre la inmigración en Chile, las cuales siguen vigentes en la actualidad.
[5] Luque, José Carlos, “Asociaciones políticas de inmigrantes peruanos y la “Lima Chica” en Santiago de Chile” Universidad Nacional Autónoma de México
[6] L.CACHÓN,op.cit.,113
[7] Santos, M “Naturaleza del Espacio” p 197.
[8] Situación que vemos definida también en el nuevo término creado de las Fronteras Inmuno-idiosincrasia-externa que vendrían a ser las barreras que crea la sociedad en “defensa” de otras culturas, costumbres, etc. Que “amenazan” la con la mutación o pérdida de la idiosincrasia autóctona.
[9] INMERSO, “Actitudes hacia los inmigrantes”, Madrid, Colección Observatorio Permanente de la Inmigración, núm 2, 1998.
[7] Santos, M “Naturaleza del Espacio” p 197.
[8] Situación que vemos definida también en el nuevo término creado de las Fronteras Inmuno-idiosincrasia-externa que vendrían a ser las barreras que crea la sociedad en “defensa” de otras culturas, costumbres, etc. Que “amenazan” la con la mutación o pérdida de la idiosincrasia autóctona.
[9] INMERSO, “Actitudes hacia los inmigrantes”, Madrid, Colección Observatorio Permanente de la Inmigración, núm 2, 1998.
[10] Ejemplo de esto es la ley de extranjería española (1985 )en donde los inmigrantes se ven atrapados en un círculo vicioso ya que no pueden regularizar su situación debido a que no pueden acceder a un permiso de residencia si no tienen un permiso de trabajo y no pueden tener un permiso de trabajo si no tienen el de residencia. Y por ende estos irregulares trabajan en la economía sumergida ya nadie quiere contratarles.
[11] DEBATE.- Vemos el caso de un proyecto que se estaba desarrollando en España en 1997. (“El impacto de la inmigraciçon den la sociedad receptora” pág 142) en donde querían otorgar todos los derechos a los inmigrantes “sin papeles”, pero en contraposición estaba el gobierno del PP quienes aseguraban que: “ofrecer ventajas a los que entran ilegalmente en España, estimula su llegada (…) también que es un costo económico no asumible especialmente en cuanto a educación y vivienda”. Y argumenta que si entregan tantos derechos a los extranjeros los españoles pedirán reciprocidad con los españoles en otros sitios, sino al momento de negociar estarían en una situación de inferioridad.
Además el hecho de legalizarlos conduciría a la vez a un efecto “llamada” de nuevos inmigrantes ilegales de manera masiva.
[12] Santos, M “La naturaleza del espacio”, 279 -281
[11] DEBATE.- Vemos el caso de un proyecto que se estaba desarrollando en España en 1997. (“El impacto de la inmigraciçon den la sociedad receptora” pág 142) en donde querían otorgar todos los derechos a los inmigrantes “sin papeles”, pero en contraposición estaba el gobierno del PP quienes aseguraban que: “ofrecer ventajas a los que entran ilegalmente en España, estimula su llegada (…) también que es un costo económico no asumible especialmente en cuanto a educación y vivienda”. Y argumenta que si entregan tantos derechos a los extranjeros los españoles pedirán reciprocidad con los españoles en otros sitios, sino al momento de negociar estarían en una situación de inferioridad.
Además el hecho de legalizarlos conduciría a la vez a un efecto “llamada” de nuevos inmigrantes ilegales de manera masiva.
[12] Santos, M “La naturaleza del espacio”, 279 -281
Crearon comisión honoraria contra la discriminación
http://www.larepublica.com.uy/comunidad/250415-crearon-comision-honoraria-contra-la-discriminacion
"Políticas de inmigración de acuerdo a las necesidades del país" (AUDIO)
http://www.elpais.com/audios/economia/vicepresidenta/Maria/Teresa/Fernandez/Vega/ha/pronunciado/anuncio/Celestino/Corbacho/aseguro/elpaud/20080905csrcsreco_3/Aes/
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